jueves, 27 de octubre de 2011

Alemania, juicio relacionado con la venta de la F1 en 2005. Fuente: El Confidencial.com

La Fórmula 1 es el telón de fondo de uno de los juicios más destacados mediánicamente en Alemania de los últimos tiempos. Un proceso en el que Bernie Ecclestone participa como testigo, y de cuya resolución dependerá que el magnate británico puede acabar involucrado o no en ulteriores problemas legales, con la potencial repercusión para el futuro económico del Gran Circo. El juicio, que ha comenzado esta semana y se desarrollará durante los dos próximos meses, tendrá como declarantes y testigos a una larga e ilustre nómina de ejecutivos, abogados y políticos locales, entre los que se encuentran el propio Ecclestone, sus asesores legales, Donald McKenzie –confundador de CVC y actual 'chairman' de la Fórmula 1-, e incluso Kurt Falthauser, antiguo ministro bávaro de finanzas.
Todo comenzó cuando el pasado mes de enero las autoridades alemanas detuvieron a Gerhard Gribkowsky, antiguo alto responsable de riesgos del banco BayernLB, participado por el estado de Baviera. El ejecutivo tenía depositados 44 millones de dólares en Austria –no declarados al fisco alemán-, cantidad que las autoridades alemanas consideran entregadas por Bernie Ecclestone, y calificadas como un presunto "soborno"  en relación con la venta en 2005 al 'private equity' CVC de las participaciones de la Fórmula 1 en manos del banco alemán.
El asunto es en realidad una enrevesada madeja económica, legal y fiscal en la que Ecclestone, de momento, aparece únicamente como testigo. Sin embargo, determinados hechos y operaciones relacionados con el caso contribuyen a enrarecer la posición de Ecclestone. Efectivamente, Gribkowsky recibió 44 millones de dólares de el británico, quien a su vez había cobrado otros 41,4 millones  por parte del banco bávaro en concepto de intermediación y asesoramiento en la operación. Otros 25 millones se abonaron –por conceptos relacionados con pagos a algunos equipos- a Bambino, un 'trust' radicado en Liechtenstein, que también juega un papel clave en el asunto.
El banco alemán se considera directamente perjudicado y buscaría recuperar los 66,5 millones, ya que el círculo abierto con las comisiones entregadas a Ecclestone podría haberse cerrado con los pagos de este a Gribkowsky, por lo que dichas cantidades deben revertir a sus arcas.
CVC era la opción favorita de Ecclestone
En principio, las acusaciones de la fiscalía -todavía por probar- se centran solo en el propio Gribkowsky quien, presuntamente, podría haber facilitado la venta primero, y  favorecido después la opción de CVC, la preferida por Ecclestone, incluso con la posibilidad de haber infravalorado el valor real de dichas participaciones. La posición del  BayernLB era crucial gracias a su participación del 47,8% en SLEC, la sociedad tenedora de los derechos de la Fórmula 1.  Para la acusación pública bávara, las  cantidades recibidas de Ecclestone supondrían una compensación  a los "servicios prestados" al margen de su posición en el banco. Todo ello, junto a  los posibles delitos fiscales en que pudiera haber incurrido el encausado.
Durante el jucio, el propio Gribkowsky tendrá que demostrar su correcto proceder en la gestión de la venta a CVC al frente del BayernLB -algunas fuentes han afirmado que el consejo del banco conocía al detalle la operación- y la legalidad de la recepción de las cantidades referidas. Pero también Ecclestone tendrá que justificar la versión dada inicialmente a la fiscalía alemana respecto al  pago a Gribkowsky a través de sociedades interpuestas desde paraísos fiscales. Una versión, cuanto menos extraña, en la que entra en juego Bambino Trust.
En 1997, Ecclestone todavía controlaba íntegramente

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