“Se vende entrada Superclásico River-Boca por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores”, así reza el anuncio en un popular sitio web de venta libre. Desde el viernes pasado los socios de River pudieron adquirir su entrada popular por un precio de hasta $ 1000, precio que se eleva en la reventa hasta $ 7000.- sin que nadie pueda controlar el efecto inflacionario que será aún más creciente mientras se acerca la fecha del partido.
Desde el año 2012 las autoridades de River vienen denunciando ante la justicia a un portal de internet para que se investigue la existencia de una “red organizada de reventa ilegal de entradas”, sin que se conozcan hasta hoy resultados de la pesquisa. River ha colocado un chip en sus entradas que son nominativas, lo cual permite saber quién es el verdadero titular y conocer la ruta de la misma.
Sin embargo, ello no contribuye hasta ahora en la detección masiva de entradas de reventa o apócrifas, salvo en un porcentaje ínfimo que se retienen el día del partido (2000 a 2500 tickets).
Desde el otro lado, Daniel Angelici, presidente de Boca Juniors, que debió declarar como testigo en una causa donde se investiga una supuesta asociación ilícita entre dirigentes boquenses y los barras de La Doce, dijo “Los barras son parte del club, son parte de una realidad”, a la par que prometía inversiones en el sistema biométrico AFA Plus, que todavía espera ser instalado en los estadios La Bombonera y Monumental de Nuñez.
Luego de declarar ante el juez De Campos durante 7 horas (junio de 2013), Angelici precisó: “Los barras no entran más como lo hacían antes, saltando o a la fuerza. Ahora tienen que tener un carnet de socio, después debemos, sí, verificar si ese carnet corresponde con el que ingresa, pero todos entran con el molinete. Hace falta un cambio de leyes, hay que copiar a otros países y que haya un compromiso de la clase política del estado.”
El 22 de enero de 2015, el Jefe de Gobierno Mauricio Macri –ex presidente de Boca Juniors- promulgó la ley n° 5174 que establece como contravención para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: “Quien revende, por cualquier medio, con fines de lucro, una o más entradas para un espectáculo masivo, de carácter artístico o deportivo, es sancionado/a con multa de dos mil ($2.000) a treinta mil ($30.000) pesos o dos (2) a diez (10) días de arresto”. Cuando la reventa fuera cometida por un responsable de la organización, con su participación o connivencia, la multa se eleva de diez mil ($10.000) a cincuenta mil ($50.000) pesos, y el arresto de tres (3) a treinta (30) días.
Días pasados, el periodista Gustavo Grabia publicó en Olé la noticia de que el juez Manuel De Campos fue removido de la causa en un momento muy inoportuno, ya que se vienen tres clásicos seguidos entre torneo local y Copa Libertadores, más cuando los ¿ex jefes? Rafael Di Zeo y Mauro Martín piden retornar al estadio de Boca por vía de una acción de amparo judicial.
Es muy reconocido el rol del magistrado en esa investigación sobre supuestos alquileres de carnets “truchos” a turistas y no socios de Boca, más la propina obligada a los “trapitos” que cuidan autos el día del partido, entre otros negocios millonarios acaparados por los barras.
No obstante, la Sala VII del Crimen apartó al juez De Campos, quien controlaba la aplicación del derecho de admisión a los miembros de La Doce, quitándole todas las causas por un planteo de nulidad formulado de manera incidental por un empleado del club, imputado de facilitar carnets "truchos". Los tiempos de la justicia impedirán al nuevo juez retomar a tiempo los controles en víspera de partidos de gran concurrencia.
Vale recordar, que tres de los más visibles representantes de La Doce, fueron absueltos de culpa y cargo en octubre de 2014, gracias “al beneficio de una duda enorme” en una causa por el asesinato de Ernesto Cirino, quien murió tras haber recibir una brutal golpiza en la vereda de su casa.
Los presidentes de River y Boca coincidieron en que existe mucha hipocresía en torno a los barras, en una señal de resignación.
Según un estudio publicado por AFA, la cuota social y la venta de entradas representan el 48% de los ingresos de los clubes, superando el 30% que aporta la TV. Cabe preguntar: ¿A quién le toca la renta adicional obtenida por la reventa?
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