La tierra batida de París llega revuelta este 2015. El domingo arrancó la 124ª edición de Roland Garros en un recinto que empieza a quedar pequeño para la dimensión actual del torneo y que no será ampliado a corto plazo. Tras años de proyectos presentados con tal de remodelar las instalaciones y adecuarse a la estricta normativa francesa, y cuando parecía que se había alcanzado una solución, el Ministerio de Ecología retrasa aún más el inicio de las obras. El origen de la polémica es que la remodelación afectaría al famoso jardín de los invernaderos de Auteuil, vecinos de la arcilla.
En 2011, el consistorio parisino y la Federación Francesa de Tenis (FFT) acordaron la ampliación de las pistas a la zona verde contigua. El organismo deportivo disponía de varios proyectos que proponían trasladar el torneo fuera de París, donde el suelo es más barato y se dispone de mayor espacio. En cambio, prefirió mantener la competición en la sede que lo acoge desde 1928. Las ciudades de Versalles y Gonesse se quedaron sin premio.
Las iras ecologistas, desatadas
Derribar unos jardines centenarios por dos semanas de tenis al año desató las iras ecologistas y de las asociaciones vecinales. La movilización social y la impugnación del acuerdo llevaron a la justicia francesa a anular la ampliación de Roland Garros en 2013. Tras ello, años de reformas y contrareformas. Ahora, el acuerdo parecía cercano y el plan final iba a reducir una parte significativa de los jardines ordenados por Luis XV e inaugurados en 1898.
Sin embargo, el Ministerio de Ecología ha dado una vuelta de tuerca más al proyecto tras aprobar un viejo plan de la FFT que proponía cubrir la autopista A13 para realizar la ampliación. La propuesta se enmarcaba dentro de la candidatura parisina para los Juegos Olímpicos de 2012, en un contexto muy diferente al actual. Así pues, a falta de establecer un plan definitivo, el nuevo Roland Garros no estará listo hasta 2025.
Las quejas de Roger Federer
La sede actual de Roland Garros se ha quedado pequeña. Muchos de los estadios disponen tan sólo de una pequeña tribuna y las aglomeraciones son habituales. En las rondas preliminares, son muchos los asistentes que no pueden asistir a ningún encuentro por culpa del escaso aforo.
Debido al tamaño de las pistas, con las gradas muy cerca, el pasado domingo un joven espontáneo saltó a la arcilla para hacerse una fotografía con Roger Federer. El suizo, que aceptó a regañadientes, cargó posteriormente contra la seguridad y organización del torneo. Además, el de París es el único Grand Slam que no dispone de una pista con techo retráctil y capacidad para jugar partidos nocturnos.
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