Solía decir Andrés Montes
que la realidad siempre supera a la ficción. La historia de Daniel Norris,
jugador profesional de la Major League Baseball (MLB), ayuda a sostener la
afirmación del famoso comentarista español, fallecido en 2009. El lanzador de
los Toronto Blue Jays, de tan solo 21 años, desafía las reglas sociales
establecidas y a pesar de tener un sueldo millonario se permite vivir como un
auténtico mileurista, verdadero reflejo del primer mundo actual.
Norris cobra 1,8 millones de euros –unos dos
millones de dólares– en la liga de béisbol estadounidense. Sin embargo, sus
asesores tienen orden expresa de retener el 99,5% de sus ingresos, que los
ahorra. Norris se conforma con emplear 736 euros mensuales en sus necesidades,
lo que vendría a ser un salario de 8.832 euros al año (el 0,5% de lo que gana).
Shaggy es el nombre de su furgoneta, una caravana clásica de la marca
Wolkswagen, modelo Westfalia, fabricada en 1978. Le costó unos 10.000 dólares
–9.300 euros– y se convirtió en su medio de transporte y su vivienda. Solo se
aleja de su Shaggy –cuyo nombre
procede del personaje de animación Scooby Doo– cuando hay
competición; es una exigencia expresa del club que le paga. Prefieren que viva
en un piso compartido.
"Yo vivo para
encontrar tres cosas: la vida eterna, la zona de strike y la mejor ola",
proclama Norris en su cuenta de Twitter. El surf es la otra gran pasión de este
joven y rico deportista que desprecia el abanico de lujos, fama y servicios que
tiene al alcance de su cartera.
“Estoy
más cómodo siendo pobre”
Así lo resume el de Tennessee (oriundo de
Johnson City), tan rudimentario en algunos de sus hábitos que es capaz de
afeitarse la barba con un hacha en medio del campo: "Es como el yin y el
yang. Puede ser poco convencional, pero me siento bien con mi estilo de
vida. En realidad, estoy más cómodo siendo pobre".
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