miércoles, 23 de mayo de 2018

De los entrenadores y las emociones. Fuente:iusport.com


Los entrenadores deportivos están bien formados técnicamente, pero poco en la gestión de las emociones y los conflictos, según un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

El coordinador del estudio y profesor del máster de Gestión y Solución de Conflictos de la UOC, Xavier Pastor, ha explicado que el entrenador es una figura determinante, tanto para el comportamiento de los jugadores como de la afición.

En el estudio sobre "La resolución de conflictos y la mediación en el deporte" han participado la Unión Deportiva Sant Andreu, el Girona Fútbol Club, el Club Balonmano Banyoles, el Club Natación Sant Andreu, el Club Baloncesto Igualada y un equipo olímpico de remo.

Está previsto que se amplíe a la Unión Deportiva Figueres, la Unión Deportiva Llagostera, el Club Gimnàstic de Tarragona y varios clubes de hockey sobre patines y de hockey sobre hierba de Cataluña.

Pastor recuerda que el mundo del deporte está lleno de actuaciones desafortunadas en gestión de conflictos y pone como ejemplo reciente el del entrenador del Atlético de Madrid, Cholo Simeone, que hace una semana no pudo dirigir a su equipo en la final de la Europa League por la sanción que la UEFA le impuso por insultar al árbitro en un partido con el Arsenal.

También recuerda el caso de la reacción de Pep Guardiola contra el árbitro que, a comienzos de abril, pitó el partido de vuelta de cuartos de final de la Champions League entre el Liverpool y el Manchester City, al que le hizo el gesto de que se callara y que ya hablarían fuera del campo.

En ambos casos, Pastor cree que los entrenadores fueron víctimas de la gestión de las emociones.

"Entiendo que el deporte es pasión, pero el deporte educa y ha de educar", señala Pastor, politólogo especializado en la gestión de conflictos y mediación en el ámbito deportivo, que, junto con alumnos y docentes de la UOC y de la Universidad de Girona (UdG), ha estudiado cómo son y quién protagoniza los conflictos en varios tipos de deportes de base.

Según Pastor, "el problema es la cultura de la competitividad y la manera de entenderla" y "la competitividad debe basarse en el respeto".

Tras recoger los conflictos que le han expuesto los clubes deportivos que han participado en el estudio, Pastor ha concluido "la necesidad de que todos los profesionales tengan conocimientos en resolución positiva de conflictos, porque los entrenadores están muy bien formados técnicamente, pero muy poco en aspectos como la gestión de conflictos y la gestión emocional"

Pastor propone que "garantizar que entrenadores, clubes, jugadores y padres y madres tengan estas herramientas" y que los clubes tengan expertos que ayuden a gestionar los conflictos.

En este sentido, Pastor recomienda a los entrenadores "que se comuniquen con los padres, que los conozcan y que los saluden cuando llegan y se van de los entrenamientos y de los partidos".

Y, si es posible, "que al terminar el partido dediquen algunos minutos a comentar con los padres cómo ha ido el juego, no el resultado; son dos minutos en que se han de decir cosas buenas. Esto también se debe hacer después de los entrenamientos".

También recomienda a los clubes y a los entrenadores que establezcan un plan de trabajo que incorpore a los padres en el proyecto deportivo, más allá de que "sean los chóferes que llevan a sus hijos arriba y abajo los fines de semana".

En cuanto a los jugadores, las recomendaciones de Pastor son "que tengan presente que jugar también significa recibir golpes y que, cuando los reciban, aprendan a no reaccionar mal, es decir, a no creer que el otro le quería hacer daño, sino que el golpe ha sido fruto del juego". 

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