Como ya dio buena cuenta a principio de mes este diario, Rafa Nadal mantiene una actividad ajetreada más allá de las pistas de tenis. El número dos del tenis mundial no es ajeno a los destinos de sus finanzas, y entre sus inquietudes y prioridades se encuentra también conocer cómo se maneja el dinero que genera. Debido a ello, el balear decidió no jugar este verano el torneo londinense de Queen’s, asegurando el octubre pasado que, por las particularidades fiscales del Reino Unido, "perdía dinero" acudiendo allí. Sus quejas han trascendido de tal manera que podrían desembocar en una revisión del sistema tributario británico en favor de los tenistas.
Más allá de sus méritos deportivos, el jugador español demuestra haber desarrollado cierto sentido empresarial, lo que le permite, por un lado, tener una perspectiva amplia de los problemas del gremio al que pertenece, y por otro, buscar el equilibrio entre un calendario deportivo coherente y asumible que a su vez no le impida conseguir óptimos beneficios.
Lo segundo motivó una decisión de Nadal que pasó casi inadvertida en España, pero que en el Reino Unido tuvo bastante relevancia. El pasado mes de octubre, el Daily Mail informaba de que Rafa no prepararía en 2012 el torneo de Wimbledon sobre la hierba vecina de Queen’s (como acostumbra desde hace años), sino que jugaría el torneo alemán de Halle, que se disputa la misma semana (del 11 al 17 de junio) y sobre idéntica superficie.
Aquel periódico apuntaba a un fijo (unos 820.000 euros) que un inversor privado le pagará como la única razón de este cambio repentino. Pero el tenista español aclaró la decisión rápidamente: "El problema no es el dinero por jugar, sino que la Hacienda británica toma dinero de los patrocinadores, de Babolat, de Nike y de mis relojes. Eso es muy duro. Si juego en el Reino Unido, pierdo dinero. Lo hice mucho en los últimos años, pero cada vez es más y más difícil jugar aquí. Es demasiado. Tal vez consiga mayores garantías jugando en Queen's que en Halle, pero estoy perdiendo muchos más patrocinadores", indicó entonces al rotativo The Times.
Nadal se refiere a un gravamen de tipo pasivo que sólo se paga en las islas británicas, y por el cual todos los patrocinadores de deportistas y artistas extranjeros que trabajen temporalmente en el Reino Unido deben tributar por ese auspicio concreto, más allá de los beneficios que consiga el protagonista.
Los deportes de equipo y los JJOO, exentos
La queja sobre dicha particularidad del fisco británico se quedó en el aire hasta que este miércoles el director ejecutivo del torneo de Wimbledon, Ian Ritchie, solicitó públicamente la creación de una exención para los tenistas. Ritchie, voz relevante por su gran experiencia en el mundo del deporte y los negocios (es también gestor del estadio de Wembley y esta misma semana se producirá su traslado de la dirección del Grand Slam londinense a la presidencia de la Federación Inglesa de rugby), alertó en una entrevista para Bloomberg del peligro de ahuyentar a las grandes figuras de la raqueta por una alta tributación.
Así, el dirigente de Wimbledon recordó que el contrato de cinco temporadas que une los ATP Finals (la Copa de Maestros que cierra la temporada) con la ciudad de Londres marcha por su cuarto año, y que la presión del cada vez más unido y reivindicativo colectivo de tenistas puede provocar que este importante torneo se vaya a otro lugar del mundo.
Para ello, Ritchie pide que se cree similar exención a la ya existente en deportes de equipo, como ocurrió en la última final de la Liga de Campeones entre FC Barcelona y Manchester United, donde sus respectivos patrocinadores no tributaron. Y también se ha creado la misma prerrogativa en favor de los atletas que participen en los próximos Juegos Olímpicos de Londres 2012. Es decir, cuando defienda su oro olímpico este verano, a Nadal no se le presentará el problema con sus patrocinadores que tiene cuando va a Queen’s, Wimbledon o las ATP Finals.
Esta reclamación del mejor tenista español de todos los tiempos se une a su constante lucha por mejorar las condiciones de los profesionales de la raqueta. Nadal lidera junto a otras figuras como Andy Murray o Andy Roddick una cruzada contra la ATP en busca de que el reparto de los beneficios del tenis mundial redunde aún más en sus protagonistas. Sin ir más lejos, esta actitud reivindicativa llevó a Nadal a pedirle durante el último Open de Australia a su amigo, y siempre correcto, Roger Federer una mayor implicación en el problema.