Entre las
peculiaridades del torneo, como no respetar la clasificación de la ATP, algo
que no gusta a Nadal, está la venta cada cinco años de unos abonos por los que
ingresa decenas de millones
"Creo que es lo
de siempre. Wimbledon es el único
torneo del año que hacen lo que les parece en ese sentido", dijo Rafa
Nadal. El tenista español se quejó en una entrevista en Vamos de la singularidad de la cita londinense, que no
sigue la clasificación de la ATP para elaborar su cuadro masculino. Nadal,
número 2 del mundo, será el tercer cabeza de serie sobre la hierba del All
England Lawn Tennis Club (AELTC). "Si lo hicieran
todos me parecería adecuado o correcto, pero cuando solo lo hace un torneo...
No solo es mi caso en particular, sino que ha ocurrido muchas veces en las que
otros jugadores, por derecho propio porque han jugado bien todo el año en las
diferentes superficies, se han ganado un estatus. Sin embargo, no se respeta
ese estatus y por eso les pueden tocar cuadros más complicados".
Wimbledon is different. Con sus peculiaridades, con su constante apelación a la tradición (que los
jugadores solo puedan vestir de blanco la hace muy visible y la convierte en un
asunto recurrente), puede parecer que el segundo 'Grand Slam' de la temporada
está anclado en el pasado, pero está lejos de estarlo. Todas las tradiciones
son a la vez un respeto a la historia de un club con más de 150 años de
historia (el torneo tiene unos años menos) y un reclamo, pues dan
forma a un aura que convierte al torneo en uno de los eventos deportivos más
exclusivos del mundo. Eso se traduce en unos enormes ingresos
que permiten al torneo renovarse. En Wimbledon, el pasado financia
el futuro.
Tradición y modernidad
El torneo de Wimbledon nació en
1877. El AELTC, fundado en 1868, solo había incluido el tenis entre su oferta
dos años antes y el cróquet seguía siendo su principal actividad. Si decidió organizar un torneo de tenis fue porque necesitaba
dinero para reparar el rodillo que utilizaba para mantener el
césped en perfectas condiciones. Casi un siglo y medio después, el torneo
ingresa decenas de millones de euros que utiliza no solo para mantener en buen
estado sus instalaciones, sino para ampliar el club situado al sur de Londres.
En diciembre de 2018, los miembros
del Wimbledon Park Golf Club, situado al lado de las pistas
de hierba más famosas del mundo, aceptaron vender el club al AELTC por 85
millones de libras (95 millones de euros al cambio actual). El AELTC es ahora dueño de casi 500.000 m² extra que utilizará
para mejorar las instalaciones, aunque aún no ha revelado sus planes.
Durante los últimos tres años, el torneo también ha renovado la No.1 Court, la
segunda pista más grande el recinto, para ponerle un techo retractable similar
al que tiene la Centre Court desde 2009. Además, también ha realizado otras
intervenciones recogidas en el Plan Maestro que presentó en 2011.
¿Cómo lo paga? Una importante
fuente de ingresos de Wimbledon son los derechos de televisión, sobre todo en
Reino Unido (donde la BBC retransmite el torneo) y Estados Unidos (ESPN), pero
no es la única. La venta de entradas es vital para financiar las inversiones
del AELTC. Pero más que la venta de entradas en general, la de un pequeño paquete de abonos exclusivos que le
permite ingresar decenas de millones de euros cada cinco años.
La
financiación de los 'debentures'
En Wimbledon caben poco más de
40.000 personas al mismo tiempo en todas sus pistas (este año serán 42.000 tras
la ampliación de la No.1 Court). En total, durante las dos
últimas ediciones del torneo, 473.000 espectadores pasaron por las gradas del
tercero 'Grand Slam' de la temporada. De todos ellos, los que más
beneficios generan para el torneo son un grupo de unos 2.500 que pagan decenas
de miles de euros.
Cada cinco años, Wimbledon saca a
la venta un paquete de entradas para el nivel 2 de la Centre Court que tienen
validez para el siguiente lustro y que permiten asistir a todos los partidos
que se disputen en la pista central. Reciben el nombre de 'debentures' y
también dan acceso a zonas del club no abiertas al resto de aficionados. Este
año tocaba la venta para el período 2021-2025 y el AELTC anunció el 10 de mayo
que los 2.520 abonos habían sido comprados y que la demanda había superado a la
oferta. Los ingresos fueron de 162,3 millones de libras netos
(181 millones de euros), anunció el AELTC. Más de 70.000 euros por abono.
Wimbledon hace lo mismo con un paquete de entradas de la No.1 Court que también
le genera importantes ingresos.
Los titulares, en muchos casos
empresas, estás autorizados a revenderlos al completo o por días, lo que
convierte a esos abonos en una buena inversión. Lo normal es que las entradas
vendidas hace unas semanas aumenten su valor cuando se vaya acercando la
edición de 2021, la primera para la que serán válidas. "Se pasan de generación en generación, lo que hace muy
difícil para que haya nuevos compradores porque los actuales titulares tienen
preferencia", dijo a 'The Guardian' Alan Higgins, jefde
inversión en el banco Cottus. Los 'debentures' nacieron en 1920 para financiar
la construcción de la Centre Court y seguirán financiando las futuras pistas de
Wimbledon, el torneo que utiliza su pasado para mejorar su futuro.