No todos los deportistas
retirados caen en bancarrota…
A finales del año pasado,
algunos rumores, enseguida desmentidos, apuntaban a que Niki Lauda podría
dejar la presidencia no ejecutiva de la escudería Mercedes GP por
divergencias con su compatriota Toto Wolff sobre la eventual motorización del
equipo Red Bull de Fórmula
1. Nada de eso. Sigue al pie del cañón y además se ha hecho con
la compañía Amira Air,
que posee una flota de 12
aviones y cuenta con 70 empleados.
Viejo conocido del sector
Lauda ha comunicado esta noticia a través del
diario Die Presse:
"Antes de Navidad me reuní con su propietario, Ronny Pecik y ya se ha
cerrado la compra. No voy a decir por cuánto. Sólo quiero informar de que estoy
de vuelta en el negocio de la aviación y que usaré mi experiencia paradesarrollar la compañía y
fijar unos estándares de calidad muy altos".
En realidad, ésta es la tercera aerolínea que
gestionará el tricampeón. En 1979 fundó su propia marca, Lauda Air, una aerolínea
con sólo dos aviones, que en 1988 fue refundada para transformarse en la
primera línea aérea regular privada de Austria, y vendida a Austrian Airlines
en 2002. En 2003, compró Aero
Lloyd Austria, que rebautizó como Niki y que en 2011 acabó en
manos de la alemana Air Berlin.
En el segmento del lujo
Amira Air opera desde Viena, la ciudad natal del piloto, y
viaja a todo el mundo. Es una compañía que alquila aviones con tripulación para
clientes privados desde 2004, además de gestionar aviones privados a petición
de sus clientes. La empresa presume de ofrecer un servicio totalmente personalizado:
los clientes comunican el modelo de avión que desean y su destino, y Amira Air
se encarga de diseñar el vuelo de acuerdo con sus necesidades. También gestiona
reservas hoteleras y traslados en limusina, entre otros muchos servicios.
Niki Lauda, de 67 años, ha sido uno de los corredores más
emblemáticos de la historia de Fórmula 1 y campeón del mundo en 1975, 1977
(ambas veces con Ferrari) y 1984 (con McLaren). En agosto de 1976 sufrió
un grave accidente en
el circuito alemán de Nürburgring, que casi le costó la vida y le produjo
grandes quemaduras en la cara y la cabeza. Por este motivo, desde entonces
lleva una gorra roja,
en la que ha hecho publicidad para diferentes empresas. Su fortuna personal está
estimada en unos 200 millones de euros.