lunes, 24 de febrero de 2014

Contrato de espectaculo deportivo.

Secuelas de la incomparecencia de Nadal al ATP de Buenos Aires. Fuente: Iusport.es


Semanas atrás, Rafael Nadal (*), actual número 1 del ranking,  anunció a horas de iniciarse, que desistía de competir en el torneo ATP-250 del Buenos Aires Lawn Tennis, a raíz de una lesión sufrida durante la final del Abierto de Australia, sumado a un virus estomacal. 

La noticia provocó cientos de quejas de los aficionados que habían adquirido su entrada con un aumento del 100%  respecto a la edición 2013. 

El eslogan y la publicidad del torneo tenían en “Rafa” a la principal atracción tenística. 

El costo de los tickets oscilaba entre $ 300 y $ 2.500, y los abonos desde $ 1.250 hasta $ 11.000, variando según días, horarios y ubicaciones. 

La expectativa era tan grande por volver a verlo (no competía oficialmente desde el 2005) que los organizadores instalaron una tribuna tubular para ampliar la capacidad del estadio (5500) con 1200 butacas adicionales. A último momento, fue convocado David Ferrer (n° 5 del ranking) para suplir al gran ausente. 
El domingo 16 de febrero, Boca Juniors recibió en “La Bombonera” a Belgrano de Córdoba, en estadio cerrado al público, debido a una suspensión aplicada por uso de pirotecnia en el último partido del Torneo Inicial. 

Los socios de Boca, únicos que pueden concurrir al estadio, abonan una cuota social mensual de $ 150.- con acceso a la tribuna popular, más las opciones por abonos anuales: platea común entre $ 2.600.- y $ 6.400; platea preferencial $ 4.860.-; palcos $ 8.100.- La capacidad de “La Bombonera” es de 49.000 espectadores. 
El llamado “contrato de espectáculo deportivo” es aquel por el cual el organizador le garantiza a quien compra una entrada, entre otras prestaciones, el derecho a presenciar el evento promocionado, mientras que el espectador se obliga a pagar el precio. 

La obligación del organizador es de resultado, o sea, que deberá satisfacer el interés del espectador, ya fuere de ver competir a Nadal o de concurrir a un partido de fútbol. 

A este tipo de contrato le resulta aplicable la “ley de defensa del consumidor” (n° 24.240), dado que el adquirente de una entrada ejerce el rol de consumidor, por resultar una persona física que ha adquirido la prestación de un servicio para un beneficio propio o familiar, como destinatario final. 

La ley n° 26.361 define al proveedor como: “La persona física o jurídica de naturaleza pública o privada, que desarrolla de manera profesional, aun ocasionalmente, actividades de producción, montaje, creación, construcción, transformación, importación, concesión de marca, distribución y comercialización de bienes y servicios, destinados a consumidores o usuarios”, y como “daño directo” “el perjuicio o menoscabo” al derecho del consumidor por la acción u omisión del proveedor, apreciable en dinero. 

Este daño es resarcible hasta un máximo de 5 Canastas Básicas Total Hogar 3 publicadas por el INDEC ($ 2.652,20 a febrero 2013).

 
El damnificado a su vez podrá accionar por daño punitivo, consistente en una multa civil a fijarse por un juez, (desde $ 100 hasta 5 millones), que debe guardar proporcionalidad con la gravedad del hecho y las circunstancias del caso, resultando ésta independiente y adicional a las otras indemnizaciones que correspondan. 

Según el legislador “se trata de desbaratar la perversa ecuación que aconseja dejar que se produzca un perjuicio pues, en sí, resulta más económico repararlo en los casos singulares que prevenirlo para la generalidad” (según Cámara de Diputados de la Nación, año 2006, Orden del día 306. Dip. Stella M. Córdoba y ot., cita en fallo “Rodríguez, Maximiliano c/AFA (Asociación del Fútbol Argentino) s/Daños y perjuicios" - CÁMARA DE PELACIÓN EN LO CIVIL Y COMERCIAL DE ROSARIO (Santa Fe) – 09/04/2013)


También podrá reclamarse por daño moral, dado por la lesión emocional sufrida ante la frustración del derecho al esparcimiento. El plazo para ejercer las acciones es de 3 años. 
La autoridad de aplicación es la Secretaría de Comercio Interior, organismo que posee  facultades para delegar según las jurisdicciones. 

En todos los casos, se publicará la resolución condenatoria o una síntesis de los hechos, el tipo de infracción cometida y la sanción aplicada, en un diario de gran circulación, a costa del infractor. 

El artículo 42 de la Constitución Nacional Argentina prescribe que los consumidores tienen derecho “a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno”. Los espectadores deportivos, menos de 2 de cada 10 argentinos en vivo (17%) según una encuesta de TNS Gallup, suelen ser presa fácil de la propia pasión por el deporte, pero deben aprender a defender sus derechos cuando los organizadores, lejos del espíritu lúdico, les provocan perjuicios que merecen el debido reintegro de costos y el resarcimiento de los daños ocasionados por el servicio no prestado, o prestado deficientemente.     

(*) Una semana después del finalizado el ATP-250 de Buenos Aires, Rafael Nadal lograba su título n° 62 como profesional en el ATP-500 de Río de Janeiro, igualando la marca del argentino Guillermo Vilas.  


Daniel  Roberto Viola-Director Iusport Latinoamérica-
Abogado-Universidad de Buenos Aires
Posgraduado Curso Derecho y Management del Deporte-U.C.A.-F.I.F.A.-C.I.E.S.
Socio Estudio Viola & Appiolaza-Buenos Aires-Argentina

domingo, 9 de febrero de 2014

Es posible reclamar ante la ausencia de Nadal en el ATP de Buenos Aires?


El ATP de Buenos Aires podría ser objeto de reclamaciones cuantiosas por la ausencia de Nadal. Fuente: Iusport.es

El anuncio realizado por Rafael Nadal a través de sus cuentas de Twitter y YouTube, dando cuenta de su imposibilidad de participar en el torneo ATP 250 de Buenos Aires (“Copa Claro”), cuyo cuadro principal comenzará el próximo lunes, plantea una serie de interrogantes dignos de análisis, en cuanto a las consecuencias jurídicas que podría generar dicha decisión. 

El prematuro abandono del actual número uno del ranking mundial se debió, según sus propias palabras, a la lesión sufrida diez día antes durante la final del Australia Open, cuya recuperación se vio además retrasada por la contracción de un virus estomacal. Esta noticia seguramente cayó como un balde de agua helada a los miembros de la organización del torneo, que finalmente habían conseguido contar con la presencia del español en Buenos Aires, para disputar por segunda vez en su carrera el tradicional certamen argentino (el único antecedente de Nadal jugando un torneo oficial en Argentina se remonta al año 2005, cuando la por entonces joven promesa manacorense, de apenas 18 años, perdió en cuartos de final ante Gastón Gaudio, en el que luego sería el año de su despegue definitivo como tenista profesional). 

Y debe haber caído como un balde de agua helada, no sólo porque significó la frustración de muchos años de paciente trabajo. Sino también porque los organizadores del torneo eran absolutamente conscientes de la reacción que el anuncio causaría en el público argentino. 

Como si lo necesitaran, sus peores temores encontraron rápida confirmación en las redes sociales, que en apenas unas horas se vieron inundadas de mensajes referentes al tema. A la 1 AM del viernes (es decir, a menos de 10 horas de conocida la noticia), la página de
 facebook oficial del torneo contaba con más de 200 mensajes de personas que ya habían comprado entradas y que, en su mayoría, exigían a la organización algún tipo de resarcimiento o, directamente, la devolución del dinero abonado. 

Algunas, incluso, amenazaban insistentemente con iniciar una protesta en la puerta del Buenos Aires Lawn Tennis, si sus reclamos no eran satisfechos. La pregunta, entonces, cae naturalmente: ¿tienen derecho a devolver su entrada y exigir el reintegro de lo abonado, quienes hayan tickets para ver a Nadal en la Copa Claro 2014? La respuesta rápida (y más fácil) es NO, nadie tiene derecho al reintegro. ¿Y por qué no? Porque las personas que adquirieron entradas, lo hicieron para presenciar uno o varios partidos de la Copa Claro 2014, un torneo en el cual participan 32 tenistas profesionales de distintos países. No compraron una entrada para ver “un partido de Rafael Nadal” (aun cuando esa haya sido su motivación). Por ende, la deserción de uno de los 32 jugadores, antes o durante el torneo, no otorga el derecho a devolver la entrada adquirida y exigir el reintegro de lo abonado por ella. 

Ni siquiera cuando el que se retira (o, en este caso, decide no participar de manera anticipada) es el primer preclasificado y número uno del mundo. En este sentido, no hay ningún tipo de dudas. Los torneos de tenis del circuito ATP, incluso, tienen desde hace mucho tiempo detalladas “políticas de entradas”, que estipulan cómo deben proceder los organizadores cuando una jornada debe postergarse (total o parcialmente) y qué derechos poseen los espectadores en estos casos, originados principalmente por causas meteorológicas (no se puede jugar al tenis bajo la lluvia). 

El ATP de Buenos Aires no es la excepción: 


En dicha 
política de entradas encontramos un punto que refleja con claridad lo expresado: “Los tickets contemplan sesiones, no partidos o jugadores específicos”.

Sin embargo, un análisis más profundo de la cuestión nos lleva a plantear algunas “circunstancias especiales”, que ponen seriamente en duda la contundente respuesta dada un par de líneas más arriba. - Primera cuestión: “la publicidad”. Como nunca antes en sus 14 ediciones, la publicidad del ATP de Buenos Aires se basó fundamental (y casi únicamente) en la participación de un solo jugador: Rafael Nadal. 

Así, la publicidad gráfica alternaba entre el afiche oficial del torneo, que ubicaba a Nadal en el centro, dándole a su figura una clara predominancia respecto de los otros dos tenistas incluidos (el argentino Juan “Pico” Mónaco y los españoles Nicolás Almagro/Tommy Robredo, según las dos versiones publicadas) y otras publicidades directamente protagonizadas por el “Rafa” en soledad.

El slogan oficial del torneo, “Por los porotos”, también hacía una clara alusión al zurdo español, que a fines del 2013 había participado de una serie de partidos de exhibición en Córdoba y Buenos Aires, con Nalbandian y Djokovic. Ahora, en cambio, Nadal venía a competir oficialmente, por los puntos (“por los porotos”). 

Con este slogan fue publicitado el evento tanto en medios gráficos, como audiovisuales. Esto, que por un lado podría parecer lógico (Nadal hubiera sido el primer N° 1 del ranking que jugara el ATP de Buenos Aires,), marca no obstante una notable diferencia entre la edición 2014 y las ediciones anteriores del torneo, que generalmente apoyaban su campaña publicitaria en más de un jugador (entre tres y cinco). 

La explicación la encontraremos en el siguiente punto. 

- Segunda cuestión: “el cuadro de jugadores”. Dejando de lado a Nadal, el cuadro de jugadores de la edición 2014 era, con seguridad, el más “pobre” de los últimos años, en cantidad de figuras presentes. Los preclasificados Nº 2, 3 y 4, eran Nicolás Almagro (13º del ranking ATP), Fabio Fognini (16º) y Tommy Robredo (18º). Todos jugadores de extensa carrera y varias presencias en Buenos Aires; de innegable jerarquía, pero incapaces de atraer la presencia masiva del público.La edición 2013, por ejemplo, contaba con David Ferrer (4º en el ranking), Stanislas Wawrinka (17º) y el siempre convocante David Nalbandian. La 2012, todavía mejor: Ferrer (5º), Almagro (11º), Gilles Simon (12º), Kei Nishikori (18º), Juan Mónaco (22º), Wawrinka (26º), Fernando Verdasco (27º) y Nalbandian.Con Nadal presente, todo cambiaba. 

Bien lo explica 
Sebastián Torok en el diario La Nación: “…la presencia en el ATP de Buenos Aires de Rafael Nadal, la raqueta número 1 del mundo, actuaba, desde que se anunció la llegada, como una suerte de bendición y de soplo de aire fresco para un certamen que en los últimos años padeció dificultades económicas, de asistencia del público y que hasta buscó nuevos socios … la figura del ocho veces campeón de Roland Garros había alterado todo. Incluso, hasta había superado las expectativas de los organizadores que emprendieron remodelaciones en el court central (montaron una tribuna tubular extra con capacidad para 1200 personas) y esperaban la concurrencia de 70.000 espectadores en el Buenos Aires Lawn Tennis Club durante la semana, una cifra nunca alcanzada.”Lo dicho entonces: con Nadal, el torneo era una cosa. Sin Nadal, el atractivo del evento disminuía de manera violenta. - Tercera cuestión: “el precio de las entradas”. 

Argentina atraviesa un marcado proceso inflacionario desde hace varios años ya. En ese contexto, resulta bastante razonable que un evento que se repite todos los años eleve el precio de sus entradas, de una edición a otra, en porcentajes más o menos acordes al índice de inflación de los 12 meses anteriores. Así había ocurrido con la Copa Claro en sus últimas ediciones. Pero la diferencia del costo de las entradas entre la edición 2013 y la edición 2014 aumentó de forma inédita, hasta alcanzar casi un 100% más. ¿Cuál fue el motivo de este incremento? La presencia de Nadal. Y la prueba de esto la podemos encontrar incluso en la comparación de los precios de los tickets para las dos primeras jornadas del 2014. 

En efecto, los precios para las sesiones nocturnas de los días lunes y martes siempre costaron igual, pues en ambas se disputaban dos partidos de primera ronda. En cambio, para la edición 2014, los precios de las entradas para la sesión nocturna del martes cuestan exactamente el doble que las del día lunes. ¿Qué justifica esta diferencia, si como dijimos, en ambas se disputan dos partidos de primera ronda? Que en la sesión del martes estaba previsto el debut de Rafael Nadal en el torneo, programación anunciada con una anticipación inédita en la historia del torneo. 

Y este tercer punto es, en mi criterio, el que probablemente tenga mayor relevancia para sustanciar un posible reclamo indemnizatorio hacia la organización del torneo. Si bien corresponde descartar un reintegro total del costo de las entradas (por los motivos ya expuestos), no parece irrazonable, en cambio, reclamar un reintegro parcial del dinero abonado. 

Porque si los precios fueron aumentados mucho más de lo habitual por la mera presencia de Nadal, confirmada la no participación del español en el torneo, sería justo que se devolviera al público ese “precio adicional” que pagaron, por la presencia del número uno. 
Creo que hay argumentos jurídicos suficientes para fundamentar esta postura (las tres “cuestiones” enumeradas y algunos otros que se me pueden estar escapando a estas horas de la madrugada). Pero saliendo incluso del ámbito legal e ingresando en el plano estratégico y organizativo, creo que la decisión de reintegrar parcialmente el costo de las entradas sería la más recomendable para los organizadores. Si bien no son ellos los culpables de la ausencia de Nadal, sí son responsables de los altos precios fijados. 

Mucha gente demostró estar dispuesta a abonarlos… para ver a Nadal, no para ver la Copa Claro. O, mejor dicho, para ver la Copa Claro CON Nadal. 

Prácticamente nadie hubiera pagado esos precios por el que hoy quedó como cuadro definitivo del torneo. Si no me creen, vayan a la página de facebook del ATP Buenos Aires y compruébenlo uds. mismos. 

El ATP de Buenos Aires es un torneo de larga historia y tradición. A pesar de ser un ATP 250 (la categoría más baja, dentro de los torneos de primer nivel del tenis mundial), es reconocido por la gran cantidad de espectadores que asisten a él, por encima incluso de muchos ATP 500 (según Wikipedia, es el tercer ATP 250 con mayor concurrencia de público, detrás de los torneos de Sidney y de Los Ángeles). 


Ante este panorama, los organizadores de la Copa Claro deben tomar una rápida decisión (en muchos mensajes de facebook se criticaba la falta de respuesta oficial a los reclamos de la gente). Porque si no hacen algo para atenuar el descontento generalizado del público, corren serio riesgo de que aquello que iba a ser “una suerte de bendición y de soplo de aire fresco” para el torneo, termine convirtiéndose en un golpe letal.


Martín Auletta
Abogado y profesor de Derecho del Deporte. 


domingo, 2 de febrero de 2014

Federer incursiona en el mundo del management deportivo. Fuente: The New York Times.

Federer and His Agent Start Their Own Firm Representing Athletes

(The New York Times)

In the latest shift in a sports management business that appears to be trending toward the boutique, Roger Federer has joined with his longtime agent Tony Godsick and two American investors to form an agency called Team8.
The company, based in the Cleveland area and headed by Godsick, will represent the interests of Federer, the 32-year-old Swiss tennis star, who is one of the world’s highest-earning and most popular athletes. But Team8 also has signed one of Federer’s main rivals, the fifth-ranked Juan Martín del Potro of Argentina, with input from Federer, who spent considerable time with del Potro on an exhibition tour of South America last year.
Grigor Dimitrov, a rising 22-year-old Bulgarian whom many tennis experts view as a potential Grand Slam champion, confirmed in an email that he would also join Team8, effective Jan. 1.
That would give the new agency a strong foothold in both the present and the future of tennis and would be a symbolic move for the 23rd-ranked Dimitrov, a player who was once nicknamed Baby Fed and whose flowing, all-court game and one-handed backhand have long elicited stylistic comparisons with Federer.
Godsick declined to confirm Dimitrov’s signing, but he did make clear that the intent was not to create another big agency in the mold of the International Management Group, where Godsick, an American, worked for nearly 20 years before he and Federer left in 2012.
“We’re trying to be a boutique agency that will manage just a small stable of iconic athletes,” Godsick said in a telephone interview from the firm’s new offices in Pepper Pike, Ohio, in Cleveland’s eastern suburbs. “We’re really going to try to be selective here. Some of the other groups, they look to sign as many players as they can and hope a few of them stick and make it, and they really go after the juniors. We’re not going to.”
Godsick said that Team8 was also interested in acquiring or creating events and in representing athletes in sports other than tennis, as well as entertainers. He said that Federer, who is training hard and testing new rackets in Dubai after a difficult season in which he dropped to No. 7 in the rankings, would be a client and not an active partner for now. But Godsick said the agency had been created in part to give Federer a platform when he retires.
“I can sell Roger Federer really well, but nobody sells Roger better than Roger,” Godsick said. “I always joke with him, ‘Look, you’ve been really successful on the tennis court, but I promise you, you’ll be more successful when you’re done playing tennis.’ ”
Max Eisenbud, a leading agent with IMG whose clients include Maria Sharapova and Li Na, said that a big agency had significant advantages in representing global stars because of global resources and manpower.
“I just don’t think I could manage my global clients on my own,” Eisenbud said.
Godsick said that he was particularly interested in signing a leading golfer in the near term.
“I think small is the new big,” he said. “We’re for more of a personalized approach, and you’ve seen it now with so many different athletes.”
The other investors are Ian McKinnon and the billionaire financier Dirk Ziff, the eldest of the three brothers who started Ziff Brothers Investments in 1992 after their father, William, sold his publishing interests.
Godsick, 42, began working with the former No. 1 player Monica Seles when he was at IMG on a summer internship. He later represented Lindsay Davenport, Anna Kournikova and Tommy Haas.
Godsick is married to Mary Joe Fernandez, a former French Open and Australian Open finalist with whom he has two young children. Godsick began working with Federer in 2005 when Federer returned to IMG after managing many of his own business interests for a brief stretch.
Other leading agents expressed surprise that Godsick and Federer had decided to include other athletes in their project.
“Roger is going to have a legacy and a business that is going to live on well past his playing days, similar to a guy like Arnold Palmer in golf,” said John Tobias, president of Lagardère Unlimited Tennis. “I figured that would be enough, and I had to figure those figures post-career would be so solid that Tony would be just fine financially. Why he wants to take on additional responsibility, I’m not sure. I’m guessing it’s because Tony is a pretty competitive guy.”
Godsick said he had felt the desire to build something new, not just to manage Federer’s existing business, however lucrative. Forbes reported that Federer was the second-highest-paid athlete last year, at $71.5 million, behind Tiger Woods. Godsick and Federer’s move comes as IMG is on the verge of being sold. It also comes as Federer’s longtime rival Rafael Nadal has left IMG with his agent, Carlos Costa, and as Costa has reportedly expressed interest in signing a promising 17-year-old Chilean player, Christian Garin, to a management contract.
“Certainly with Carlos Costa and Tony Godsick, those are two big-name agents moving out on their own,” Tobias said. “I get a lot of questions — ‘Is this the trend?’ I really don’t think so. I think this is a case of just two employees not entirely happy in their situation with two incredible athletes to build around. Not everyone has that luxury. I don’t see that as a trend. If they didn’t have Federer and Nadal, I don’t think they’ve have taken the risk. Carlos and Tony are both very good agents, but the margins are very tough in athlete representation.”