lunes, 25 de febrero de 2013

Adidas vs. Nike Fuente: Expansión.com


Los entendidos en fútbol dicen que la guerra de las marcas por aparecer en las principales camisetas del mundo tuvo como punto de partida la temporada 1973-1974 cuando el Leeds United se convirtió en el primer club del Reino Unido en introducir en su indumentaria la firma deportiva que fabricaba su equipación: Admiral. El objetivo no era otro que dar respuesta a la demanda de sus aficionados, que querían comprar camisetas idénticas a las que llevaban los futbolistas de su equipo. Así, se creó un mercado que 40 años después genera millones de euros y atiende a una lucha sin piedad entre sus líderes: Nike y Adidas.
La batalla se juega en todos los frentes y en todo el mundo, aunque con especial voracidad en el mundo del fútbol. ¿Se ha fijado que todos los grandes enfrentamientos futbolísticos lo son también entre estas marcas?
Empecemos por España. Adidas renovó el año pasado el patrocinio del Real Madrid hasta 2020 por una cantidad fija de 40 millones de euros por temporada, lo que convierte al equipo blanco en el club de fútbol que más cobra del mundo por este tipo de patrocinio. Su máximo rival, el Fútbol Club Barcelona pertenece en cambio al universo Nike, empresa de la que recibe unos 30 millones por temporada (todas estas cantidades son fijas y se ven luego incrementadas por objetivos deportivos y ventas de camisetas).
El caso de estos dos equipos es llamativo. El 90% de los jugadores de ambos clubes asocian su imagen a ambas marcas, pero sus dos mayores estrellas están patrocinadas por la firma contraria a la que viste su camiseta. Cristiano Ronaldo es de Nike a cambio de seis millones de euros al año, mientras que Leo Messi es de Adidas (se estima que a cambio de cinco millones por temporada).
Dejando a los dos grandes, Nike posee el patrocinio del Málaga, el Atlético de Madrid y la Real Sociedad en lo que a equipos de la Liga BBVA se refiere, una lista que aumentará el año que viene con la incorporación del Athletic Club, al que pagará 2,5 millones de euros al año. Adidas, en cambio, sólo cuenta en cartera con el Real Madrid en nuestro país, aunque tiene un acuerdo con el Celta de Vigo para estampar su logotipo en su indumentaria durante los próximos cuatro años.
El enfrentamiento se extiende a todo el mundo
El duelo que viven Adidas y Nike en España con el Real Madrid y el Barça se repite en todos los países. Si la firma alemana cuenta con el patrocinio del Milan, el Chelsea y el Olympique de Marsella en Italia, Inglaterra y Francia, la marca estadounidense viste a la Juventus, el Inter, el Manchester United, el Arsenal y el PSG en esos mismos países. La competencia sólo se rompe en Alemania, donde Adidas hace valer que juega en casa y controla a más de medio campeonato.
Incluso al otro lado del Atlántico, la batalla se repite. Nike vestirá a Boca Junios hasta 2019 a cambio de algo más de 5,5 millones de euros por temporada, mientras que Adidas equipa a River Plate por 4,5 millones. Y lo mismo ocurre con las selecciones nacionales: Brasil, Francia, Holanda, Portugal e Inglaterra (a partir del próximo año) son de Nike, mientras que España, Alemania o Argentina visten Adidas.
Millones en juego
Se preguntarán cuánto dinero gastan ambas firmas en patrocinio. Aunque la respuesta sólo lo saben ellas, de lo que no cabe duda es de que su apuesta es rentable. El Real Madrid y el Manchester United han vendido durante las últimas cinco temporadas una media de 1,4 millones de camisetas al año, según datos de Sporting Intelligence. El Barça suma 1,15 millones; el Chelsea, 910.000; el Bayern de Múnich, 880.000... Si la media son unos 70 euros por camiseta, las cuentas cuadran.
También lo hacen si se analiza a los jugadores. Según el Daily Mail, David Beckham –una de las insignias de Adidas– ha generado a lo largo de toda su carrera 1.200 millones de euros por la venta de camisetas y zapatillas asociadas a su imagen. Se espera que en los cinco meses que pase en el PSG, genere 18 millones más.
Sus guerras futbolísticas
Hablamos por tanto de un negocio de miles de millones, donde el triunfo consiste a veces en robarle una estrella a la competencia, lo que ha generado un gran número de disputas entre ambas compañías. Uno de los casos más paradigmáticos es el de Leo Messi, que pertenecía a Nike hasta 2006. Justo antes del Mundial de Alemania, Adidas ofreció al argentino multiplicar sus ingresos, lo que precipitó su marcha a la firma alemana.
Nike le devolvió el golpe a Adidas sólo unos años después. Tras casi 40 años vistiendo la marca de las tres rayas, la selección francesa de fútbol firmó un contrato con la compañía norteamericana por siete años y 300 millones de euros, lo que convirtió su camiseta en la más cara del planeta. La cantidad fue tan alta que Brasil, la selección estrella de Nike hasta entonces, llegó a insinuar que se la estaba ninguneando al recibir 15 millones de euros.
El penúltimo capítulo en esta guerra sin tregua es el que han protagonizado recientemente ambas compañías por Mesut Ozil. El jugador alemán del Real Madrid cambió Nike por Adidas el año pasado –llegó a jugar la primera parte de un partido con unas botas de una marca y la segunda con las de su competencia–, lo que le supuso problemas legales con la firma estadounidense. Ahora, ha sido Fernando Torres el que hace unos días ha seguido sus pasos. El delantero español del Chelsea jugó la segunda parte de un partido con botas Adidas –su patrocinador es Nike–, lo que ha precipitado toda clase de especulaciones sobre un nuevo contrato con la firma alemana. La guerra continúa.

lunes, 4 de febrero de 2013

La AFIP y el negocio del fútbol. Fuente Deporte y Negocios


 La Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) dictó el 3 enero pasado la resolución (RG)  n° 3432 que regula la aplicación del Impuesto a las Ganancias sobre las transferencias y/o cesiones de derechos económicos de futbolistas profesionales, creándose el “Registro de Inversores Vinculados con Futbolistas Profesionales” y el “Registro de Representantes de Futbolistas Profesionales”. 

Se establecen retenciones sobre la renta proveniente de las transferencias de futbolistas (Primera División y Nacional B) obtenida por personas físicas, sucesiones indivisas y demás sujetos residentes en el país, “que no revistan carácter de instituciones deportivas incluyendo a los jugadores que queden en libertad de acción”, alcanzando a las operaciones de cesión de “derechos económicos” –total o parcial y definitiva o temporaria-, y también a los derechos “federativos y económicos” cuando se trate de negociaciones por cuenta y orden de jugadores declarados en libertad de acción. 

Entre sus fundamentos, se reafirma al llamado “derecho federativo” como aquel que faculta a un club, que previamente ha registrado a un  jugador en la Asociación del Fútbol Argentino, (fichaje), según lo establecido por el “Estatuto del Jugador de Fútbol Profesional” (ley de facto 20.160) y el Convenio Colectivo de Trabajo n° 557/09 de Futbolistas Profesionales, para la “utilización exclusiva del mismo” en sus planteles,  “y a transferir o ceder el uso temporario o definitivo de ese derecho”. 

A su vez, se define a los “derechos económicos” como aquellos que “habilitan a su titular a percibir una participación en el monto de una futura transferencia y/o cesión -total o parcial, temporaria o definitiva- de los derechos federativos, incluyéndose los convenios que reconozcan un resultado futuro, eventual o no, ya sea que se encuentre establecido como un monto fijo o como un porcentaje del valor de dicha transferencia y/o cesión.” 

A los efectos fiscales, la titularidad de los derechos “federativos” y “económicos” de los jugadores deberá siempre recaer en cabeza de una entidad deportiva. Se invoca al “inversor puro” remitiendo a la norma  Fifa que prevé que ningún club podrá contratar permitiendo la influencia de terceros en los asuntos laborales y pases de futbolistas. 

Se dice que esta norma se halla en línea con el principio de transparencia (“fair play” financiero),  más aún después que  Fifa incorporara en forma obligatoria a través de la web, el “sistema de correlación de transferencias”, conocido por sus siglas en inglés (Tms), que exige un detalle completo de las operaciones entre clubes y asociaciones previo a la emisión del Certificado de Transferencia Internacional (Cti). 

Para fijar el importe a retener se tomará el 90% del total de la operación, sobre el cual recaerá la alícuota: 17,5%  sobre los pagos de entidades deportivas a inversores incorporados al registro que ha sido creado o, 35% sobre los pagos a inversores no registrados. 

La Afip podrá establecer un valor de la transferencia o cesión, en base a valores de mercado y así determinar el monto de la retención. En el primer  informe anual del Tms (Fifa.tms GmbH-2011), Argentina figura como 2° país “exportador de futbolistas” detrás de Brasil (13%), acaparando el 7% del total de las transferencias internacionales con 800 traspasos. Es innegable que el derrame millonario no convierte a las economías de los clubes en sustentables, dándose rienda suelta a una informalidad que beneficia a unos pocos, entre ellos, intermediarios y representates que perciben comisiones. John Forbes Nash recibió el Premio Nobel de Economía (1994) por sus aportes a la "teoría de los juegos", variante conocida como "Equilibrio de Nash".
Este concepto supone que dadas ciertas acciones de los otros, todos los jugadores se comportarán de forma óptima, de modo tal que al final se cumplirán las expectativas de todos ellos, porque ninguno podrá mejorar su posición cambiando la propia estrategia, en caso que todos los competidores dejen su estrategia tal como está. La teoría explica cualquier situación de conflicto imaginable donde el resultado, para cada uno de los participantes, depende de las decisiones de los otros. 

Se ha iniciado otra batalla contra la evasión fiscal y los “socios ocultos” de las transferencias en el fútbol. El tiempo nos dará la respuesta si los controles a la A.F.A., clubes, jugadores, inversores y representantes redundarán en un justo equilibrio, que sirva para exigirle a cada uno lo suyo, según las ganancias obtenidas en la ronda de los pases.